Tras una sesión inicial donde se les habló y motivó para que expusieran sus puntos de vista, mantuvieron diversas reuniones, unas en grupos pequeños y luego mas grandes poniendo sus ideas en común.
En ocasiones hubo discrepancias, siempre educadas y expresando los diferentes puntos de vista.
Unos meses mas tarde, mi amigo abandonó la empresa, desmotivado, hastiado por la presión ya que el Director general nunca perdono sus opiniones discrepantes.
Este caso va al hilo del anterior. Es mucho mejor no realizar este tipo de actuaciones si, como responsables, de la empresa no estamos realmente dispuestos a cambiar y a hacer las cosas de distinta forma.
Los lideres no son buenos porque piensan y desean que sus actuaciones motiven e ilusionen a sus colaboradores si no por que realmente hacen cosas que lo logran. La elaboración de un plan estratégico de una forma participativa (¿hay otra?), es un tema sumamente delicado que no debe abordarse si lo que pretendemos es que únicamente valgan nuestros criterios.
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